La Asamblea de los Comunes de Europa llega a Bruselas y destaca su potencial como proceso organizativo

"Nadie puede detener una idea a la que le ha llegado su hora", dijo Victor Hugo. Esta es la cita que Nicolas Krausz, de la Fundación Charles Leopold Mayer, eligió para describir el poder de la Asamblea Europea de los Comunes (AEC) como proceso político y organizativo.

El primer ECA tuvo lugar en Bruselas del 15 al 17 de noviembre de 2016. Más de 150 comuneros de 20 países europeos se reunieron en la capital europea para participar en un programa de tres días que incluía: debates estratégicos sobre el surgimiento de un Movimiento Comunero Paneuropeo, reunión participativa con eurodiputados en el Parlamento Europeo, visitas a iniciativas comuneras belgas, trabajos de propuestas políticas y debates.

Los miembros de EDGE que participan en el Grupo de Trabajo sobre los Bienes Comunes aportaron apoyo financiero y moral al TCE y seguirán participando en este prometedor proceso. El grupo considera los Bienes Comunes como: "una respuesta importante a la crisis de la democracia, una forma de proveer todo tipo de medios no mercantiles para satisfacer las necesidades de la gente y como un enorme cambio cultural en los valores de la competencia a la cooperación. Gobernanza participativa, economías poscapitalistas, visión posindividualista del mundo: los bienes comunes ofrecen una forma práctica y no ideológica de abordar simultáneamente los fracasos de la economía neoliberal y el Estado burocrático moderno, y su incapacidad para satisfacer las necesidades ecológicas y garantizar la justicia social".

Entre los miembros del Grupo de Trabajo EDGE Commons figuran la Fundación Heinrich Böll, la Fundación Lunt, la Fundación Europea de la Cultura, la Fundación Charles Leopold Mayer y la Fundación Terre Solidaire.

Más información en un artículo publicado por Sophie Bloemen y David Hammerstein en la web de The Commons Network:

30479113394_942497bcf0_z 22 de noviembre de 2016 - Tras la sorprendente victoria de Trump y en medio de una profunda crisis de la UE acelerada por el Brexit, muchos activistas procomún de toda Europa han reaccionado con un sentimiento de "¡No te lamentes, comunifícate!". El orden económico actual ha dejado a muchos atrás, ha alejado a muchos del establishment y para resistir a lo viejo, necesitamos estar construyendo activamente lo nuevo al mismo tiempo. Para ello, la Unión Europea tiene un papel claro.

Del 15 al 17 de noviembre se celebró en Bruselas durante 3 días la 1ª Asamblea Europea de los Comunes.

Por primera vez, comuneros de toda Europa se reunieron en el Parlamento Europeo en Bruselas. Más de 150 europeos acudieron a Bruselas para debatir sobre política europea, propuestas políticas y protección de los bienes comunes. Los objetivos: Establecer nuevas sinergias, mostrar solidaridad, reclamar Europa desde la base y, en general, iniciar un movimiento visible de bienes comunes con un enfoque europeo. Por primera vez, los diputados al Parlamento Europeo elegidos democráticamente intercambiaron puntos de vista con una "Asamblea de los Comunes" formada por una miríada explosivamente creativa de regeneradores urbanos, compartidores de conocimientos, cooperativistas energéticos, artistas comunitarios, productores de alimentos y hackers sociales disruptivos de muy diversos sabores.

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